Muchos padres se plantean dudas en cuanto a la posible existencia de estreñimiento en sus bebés y junto con los cólicos son motivo de mucha preocupación y consultas. Se trata de un cuadro bastante frecuente, sobre todo en bebés recién nacidos y durante los primeros meses de vida.
Te contamos cuándo podemos hablar de estreñimiento, cómo diferenciarlo y por tanto cuándo sería conveniente buscar ayuda profesional. Consulta con nuestra Unidad de Fisioterapia Pediátrica todas las dudas o inquietudes que te hayan podido surgir.
Comencemos aclarando qué puede considerarse normal y cuándo debe ser motivo de sospecha. El número de deposiciones depende de la edad del bebé y del tipo de alimentación fundamentalmente.
En esos casos, puede ser normal realizar 12 deposiciones al día (una tras cada toma), o por el contrario realizar 1 deposición cada 5 o 6 días. En el primer caso suele deberse a que los recién nacidos presentan el reflejo gastrocólico en todas las tomas y por tanto, cada vez que realizan una toma sienten la necesidad de hacer caca. Se trata de un proceso madurativo y según van creciendo y madurando su intestino, desciende esta necesidad.
En estos casos la frecuencia es algo menor, en torno a 2 ó 3 deposiciones al día, sobre todo las primeras semanas.
La frecuencia de deposiciones puede situarse entre ambas situaciones anteriores.
Realmente, debemos aclarar que, aunque el número de deposiciones es un indicador del estreñimiento, no es el único a tener en cuenta. Si las cacas son de consistencia más bien blanda y de colores marrón, amarillo o verdoso no suele existir estreñimiento.
Las heces de color rojo, negro o blanco deben ser motivo de consulta al pediatra.
Hablamos de estreñimiento cuando las cacas son duras, voluminosas, bolitas y suelen estar acompañadas de dolor e incluso falta de apetito.
Debemos diferenciarlo del estreñimiento, dado que es un trastorno de los bebés, generalmente menores de 6 meses, en el que se presentan momentos de esfuerzo y llanto pero que terminan con la expulsión de heces blandas o incluso líquidas.
La disquecia aparece porque el bebé no sabe defecar de modo correcto y por tanto no controla la presión abdominal adecuada para hacerlo ni la relajación de su esfínter anal. Suele ser algo también madurativo, que se corrige por sí solo en torno a los 6 meses de edad.
Una vez que hemos descartado otras patologías y efectivamente nos encontramos ante una situación de estreñimiento, podemos seguir una serie de pautas:
Por último, ante cualquier duda, siempre recomendamos que acudas a profesionales pediátricos especializados para que valoren el bebé.
En las valoraciones de fisioterapia pediátrica analizamos la sintomatología y el estado del bebé para encontrar la causa del malestar. Se trata al bebé y se les dan pautas a los padres para poder actuar desde casa, como por ejemplo con masajes y posturas de calma que ayudarán al bebé a mejorar el tránsito intestinal.
En Fisioterapia Vicetto somos especialistas en Pediatría y contamos con una Unidad de Fisioterapia Pediátrica que podrá ayudar y tratar todas estas situaciones.
