¿Tu bebé acaba de nacer y le han diagnosticado displasia de cadera? Aunque nunca hayas oído hablar de este término, es bastante frecuente pues se diagnostica en 1 de cada 1.000 bebés. Te contamos en qué consiste, cuáles son las causas, así como en qué consiste el tratamiento y los beneficios de la fisioterapia en estos casos.
La displasia de cadera es un trastorno congénito de la articulación de la cadera. Esto quiere decir que la articulación no presenta una forma normal, habitualmente debido a una malformación durante el embarazo.
Esta articulación está formada por dos elementos: la cabeza del hueso del fémur y el cótilo (hueco en la pelvis donde debe encajar perfectamente dicha cabeza esférica del fémur). La displasia suele ocurrir precisamente porque el cótilo es pequeño o poco profundo, de tal modo que no se sujeta la cabeza del fémur y puede salirse de su lugar.
Así pues, podemos encontrar distintos grados:
Como decíamos anteriormente, lo más habitual es que se deba al desarrollo de la cadera durante el embarazo, por ejemplo, por la posición que ha adoptado el bebé dentro del útero. Es más habitual cuando:
También existe un gran componente genético, pues la constitución de la pelvis es hereditaria.
Las mochilas de porteo no usadas correctamente, o que no permiten una posición ergonómica pueden aumentar el riesgo de sufrir displasia de cadera. Utilizar correctamente estos dispositivos es fundamental, para ello, hay que asegurarse siempre de que el bebé se encuentre de frente al papá, mamá o porteador, con la cadera abierta en posición de “ranita”, evitando por tanto que las piernas estén juntas o que su cadera esté muy rígida.
Afortunadamente el diagnóstico suele ser precoz, incluso puede detectarse en las ecografías de seguimiento del embarazo. Si no, también es muy habitual que se detecte al nacer o en las primeras revisiones que realiza el pediatra.
Para confirmar este diagnóstico, se llevan a cabo unas maniobras que consisten en provocar una luxación de cadera (test Ortolani y Barlow) y se complementan con una ecografía de cadera para determinar el grado de displasia.
Tanto el diagnóstico precoz y adecuado como el tratamiento mediante fisioterapia pediátrica son fundamentales, permitiendo llegar a corregir la displasia
En los casos más leves, la inestabilidad de cadera dura las primeras semanas de vida y puede desaparecer incluso de forma espontánea. El médico y fisioterapeuta pediátrico determinarán la necesidad de tratamiento en estos casos.
En general, se suele tratar con férulas de abducción o arneses, que deben llevar durante varias horas al día para corregir la posición de la cadera. Aquí resulta sumamente importante la intervención de un fisioterapeuta, dado que el uso de estos arneses o férulas puede interferir en el desarrollo motor, neurodesarrollo, de los bebés y de la marcha.
El fisioterapeuta pediátrico combinará técnicas manuales con recomendaciones de ejercicios, así como asesoramiento para realizar un porteo ergonómico y posturas beneficiosas
Un diagnóstico precoz, junto con un adecuado tratamiento de fisioterapia permitirán corregir totalmente la displasia de cadera (sobre todo si se diagnostica en los tres primeros meses de vida) y evitar secuelas. En Fisioterapia Vicetto contamos con amplia experiencia tratando la displasia de cadera e incluso contamos con una Unidad especializada en Fisioterapia Pediátrica. Pide cita para que podamos asesorarte o resolver cualquier duda que puedas tener.
