Hoy queremos hablar de la tortícolis congénita, que tiene una incidencia de hasta el 2% en bebés recién nacidos, y de la importancia de su diagnóstico y tratamiento precoz. Sin duda es una afección que preocupa a muchos padres, pero con un adecuado tratamiento, más del 90% de los casos no presentan secuelas cuando realizamos un tratamiento precoz
Te contamos en qué consiste la tortícolis congénita, cuáles son sus causas y cómo diagnosticarla y tratarla.
Tortícolis se puede definir como la inclinación de la cabeza o cuello debida a diferentes causas. Hablamos de tortícolis muscular congénita cuando se presenta en recién nacidos o aparece en los dos primeros meses de vida.
Se suele producir por un acortamiento del músculo esternocleidomastoideo y se suele caracterizar por la inclinación de la cabeza hacia un lado, o flexión y rotación hacia el lado contrario.
El un porcentaje elevado (en torno al 20% de los niños con tortícolis muscular congénita) va asociada a algún grado de luxación congénita de cadera. Por ello se suele realizar una exploración minuciosa de la cadera, y recomendar una ecografía a las 6 semanas.
Existen algunas causas que pueden asociarse con su aparición, en concreto suele darse en:
Los padres y pediatras son los primeros en notar esta asimetría. En general, los padres suelen notar que el niño siempre tiene la cabeza inclinada hacia el mismo lado, y que tiene dificultades para girar hacia el otro lado. A veces, se puede detectar también un bultito pequeño a nivel del músculo lesionado (esternocleidomastoideo) durante los 3 primeros meses de vida, lo que nos indica una contractura en el musculo fruto de un posible hematoma en el musculo que se fibrosa.
Mayoritariamente, la inclinación de la cabeza es hacia la derecha mientras que la barbilla señala hacia la izquierda. Impidiendo así el movimiento hacia la izquierda y las afectaciones asociadas como son la plageocefalia posicional, problemas en lactancia y falta de integración de la parte izquierda del cuerpo.
Muchas veces las madres se dan cuenta que sus bebes tienen torticolis al existir dificultad en la lactancia ya que él bebe lo pasa muy mal en las tomas , presenta llanto , tensión , se arquea, al tener tensión en el cuello y no poder mover bien el cuello
Como decíamos anteriormente, una vez debidamente diagnosticada, es prioritario iniciar el tratamiento de manera temprana por un fisioterapeuta especializado.
El fisioterapeuta realizará ejercicios específicos en consulta y pautará ejercicios para que los padres los realicen en casa, pues suele ser necesario realizarlos unas 4 veces al día.
Dichos ejercicios consisten en manipulaciones y estiramientos de manera suave y con el niño relajado.
Cuando el niño tiene una tortícolis derecha, es decir, el cuello se inclina a la derecha y la barbilla señala a la izquierda, los ejercicios consistirán en llevar la oreja izquierda hacia el hombro izquierdo y después la barbilla hacia el hombro derecho. Si fuera una tortícolis izquierda se realizarían hacia el lado contrario. Todo esto se realiza en consulta y en pocas sesiones el cambio es notorio en los bebes consiguiendo movilidad y mejora del movimiento .
Recomendaciones:
El control periódico es también fundamental para verificar su eficacia. Si la evolución es satisfactoria, en pocos meses es posible una corrección completa.
Los niños que hacia el año de edad no responden de forma adecuada al tratamiento o han sido diagnosticados con retraso, pueden necesitar un tratamiento más invasivo a valorar por el especialista.
Si crees que tu bebé puede tener una tortícolis congénita recomendamos que acudas al pediatra para que valore al bebé.
Por supuesto, también aconsejamos acudir a un fisioterapeuta pediátrico, ya que, como decíamos el tratamiento precoz es garantía de éxito.
En Fisioterapia Vicetto somos especialistas en Pediatría y contamos con una Unidad de Fisioterapia Pediátrica que podrá ayudar y tratar todas estas situaciones. Consúltanos cualquier duda relacionada con tu bebé.
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